Estás todo el día fuera y cuando llegas después de tanto trabajo y problemas, la sala, la habitación y la cocina, son un desastre.
Cosas tiradas por aquí y por allá, ropa sucia fuera del cesto, platos sin lavar… pero no tienes ganas de acomodar nada. Lo peor de todo es que cada día el problema aumenta. Es por ello, que en este artículo te damos algunos trucos para mantener tu casa ordenada y limpia.
1. No dejes que el desorden se extienda por toda la casa
Podríamos decir que la máxima es “el desorden atrae más desorden”. Esto quiere decir que si, por ejemplo, en tu habitación hay cosas tiradas en el suelo y otras en los lugares incorrectos, casi como por arte de magia, esto se “contagiará” a otros ambientes.
La mente funciona de una manera muy extraña y, en lugar de ponerse en acción para ordenar, pensará “ya que allá está desacomodado… pues aquí también”.
Por el contrario, si en un sector de la casa todo está en su sitio, la mente querrá repetirlo en otros rincones.
2. Lo usas, lo guardas
Por ejemplo, cuando haces una compra:
- Sacas todos los productos de las bolsas y la guardas en el refrigerador o alacena, según corresponda.
- Las bolsas las doblas y acomodas en el cajón designado para ellas.
- Al terminar de comer, recoges las cosas de la mesa y las llevas directo al lavavajillas.
- Si te has probado una camisa que no te quieres poner, la colocas de nuevo en el armario.
- Cuando se termina el papel en el baño, lo cambias por uno nuevo.
Y así con todo.
3. No acumules
Este truco te puede servir para cualquier ámbito de la vida. Lo que no sirve, que no estorbe.
Cuantas menos cosas tengas en casa, más fácil te será mantener el orden. El minimalismo o la decoración simple, queda perfecto en estos casos.
Pasar un trapo por una mesa vacía no es lo mismo que por un mueble repleto de adornos, marcos de fotos, objetos decorativos, etc.
Si tu sala no estuviera abarrotada de cosas, la limpieza se terminaría en cuestión de minutos.
4. Cronometra el tiempo por ambiente
Por ejemplo, si tu día de limpieza es el sábado o el domingo (como el de muchas personas), no querrás pasarte toda una mañana o toda una tarde fregando y ordenando.
Una buena manera de evitarlo, es definiendo el tiempo que necesitas para cada habitación. Por ejemplo, 15 minutos para el baño, 20 minutos para la cocina, 15 minutos para la sala, etc. Puedes incluso programar una alarma. Serás más eficiente e incluso podrás aprovechar para hacer algo de ejercicio, gracias a la limpieza a fondo.
5. Ordena lo que más se usa primero
¿Cuáles son los ambientes que están “más a la vista” o en los cuales pasas más tiempo? Quizás sea la sala o la cocina, tal vez la habitación o el comedor. Comienza por ellos, recuerda que si esos sitios están ordenados, luego tendrás más energía para limpiar los demás.
6. Diviértete en el proceso
¿Quién dice que limpiar y ordenar la casa tiene que ser algo aburrido y tedioso? Puedes hacerlo sumamente entretenido con pequeñas acciones.
Desde comprar unos guantes de colores a recipientes vintage, pasando por innovar con productos de limpieza caseros, hay un mundo de opciones.
Y por supuesto, el más eficaz de todos: ¡poner música! Puedes crear una lista de temas movidos para bailar y cantar mientras limpias.
7. Arma un plan de organización y limpieza
Es tan simple como definir las tareas de cada día de la semana. Si a diario haces un poco, el fin de semana no tendrás que pasarte horas fregando y lavando.
Por ejemplo, los lunes limpia la cocina, los martes barre, los miércoles encárgate del baño, los jueves ordena las habitaciones, los viernes lava la ropa, los sábados plancha y los domingos friega los pisos.
Incluye también tareas semanales o mensuales, como por ejemplo, ordenar el garaje, limpiar la nevera o lavar las ventanas.