No cabe duda que las plantas son algo agradable que ver en cualquier espacio, ya sea interior o exterior. Vienen en todos los tamaños y colores, desde un ficus de un par de metros, hasta plantas suculentas pequeñas para colocar como centros de mesa.
La diferencia entre las plantas artificiales y las vivas radica en el cuidado que se les debe dar, y las preferencias personales entre tener de un estilo u otro.
PLANTAS VIVAS
Los aficionados de las plantas te dirán que esta es la opción correcta, pues las demás no son plantas, son artefactos decorativos nada más. Ellos disfrutan cuidar de ellas, mantenerlas, verlas crecer y adornar sus espacios como una compañera más.
Es bonito verlas cambiar a medida que el tiempo avanza, pues es prueba de que el cariño y tiempo que dedicas a cada una, está rindiendo frutos. Además, solo con plantas vivas podrás dedicar parte de tu tiempo a algo constructivo, manual y relajante como cuidar de una o varias plantas. Regarlas, podarlas, cambiarlas de macetas… lo que sea que les toque en determinado día, es parte de tu día que podrás compartir con ellas mientras les das un cuidado que será regresado en forma de algo bonito que mirar.
PLANTAS ARTIFICIALES
Estas son más mi estilo, y les voy a contar por qué. No tengo nada en contra de las plantas vivas, de hecho tengo una que adorna mi balcón y me gusta mucho regarla y podarla; se ve linda desde afuera.
Sin embargo, me parece que prefiero la limpieza y la facilidad de contar con varias plantas artificiales que tengo en el interior de casa. Me quedo solamente con el beneficio estético, por decirlo de alguna manera.
Al final del día, depende qué tanto tiempo estés dispuesto a dedicarles a tus plantas, o si quieres tener una mezcla entre artificiales y naturales. De igual forma, ambas darán una optimización visual a tus espacios y te harán sentir mejor.