¿Qué pasaría si las paredes te escucharan cuando llegas sonriente y feliz a casa a contarle a tu familia el buen día que tuviste en el trabajo? ¿Qué tal si cuando tienes una conversación familiar en la sala y tus sofás se quedaran hablando sobre ustedes cuando se fueran?
La realidad es que una casa se convierte en un hogar gracias a las historias de las familias que los habitan. Un mueble; una silla, una mesita de noche o una cama, son solo eso, muebles…Hasta que comienzan a guardar recuerdos de historias que escribes gracias al amor que existe entre tú y los tuyos.
En esta nota queremos que uses tu imaginación y pienses; ¿qué diría el mueble de la TV sobre la última conversación que tuviste frente a él? ¿Sería una chistosa? ¿Dramática? ¿Triste? ¿Feliz? Haz el ejercicio con tu familia; pregúntales si recuerdan cuál fue la última plática que tuvieron en la sala, y que cada quien escriba diálogos imaginarios de lo que cada mueble o aparato pudo haber dicho sobre ellos.
Ahora imagínate de la última película o episodio de serie de TV que compartiste con tu pareja o tus hijos. ¿Qué artefacto de tu habitación piensas que estaría más interesado en ver el siguiente capítulo o la parte 2 de la película? ¿Cómo crees que sería una conversación entre, digamos, el control remoto, la TV y la cama principal?
Haz este mismo ejercicio en familia para todas las habitaciones de tu hogar y date cuenta cómo tu casa cobra vida, gracias a tus historias.