Hasta los artículos más humildes de la casa como un espejo para el baño, el líquido lavatrastes o la toalla extra para luego de la ducha nos parecen caros pero verdaderamente indispensables cuando iniciamos nuestra vida en solitario. Entonces nos percatamos de todo lo “gratis” que teníamos en nuestra casa anterior. ¿Qué tengo que hacer para que mi sueldo me alcance ante tal cúmulo de gastos que antes no me pegaban? Para que no sufras tanto en la transición a tu independencia, te damos unos consejos:
Analiza el costo de vivir ahí
Antes de mudarte a un lugar, sondea en la zona los precios, ve a los mercados cercanos o identifica posibles tiendas donde comprarás lo que necesitas. Así descubrirás qué tan caro resultará vivir allí. También suma los costos del transporte: gasolina, taxi, uber o camión.
Ahorra en alimentos
Para ahorrar en comida, funciona muy bien tener un menú semanal. De inicio suena aburrido y un suplicio, pero no es así. Al seguir esta técnica, reduces considerablemente toda aquella comida que antes se desperdiciaba.
Diversifica el entretenimiento
Haz un presupuesto para entretenimiento ¡y respétalo! De lo contrario “robarás” dinero destinado para tus necesidades más básicas y sufrirás los días siguientes hasta que llegue la quincena. Recuerda que divertirse no siempre tiene que ser costoso. ¡Sé creativo!
Bájale a los servicios
Aunque los servicios son cuentas que debes pagar obligadamente porque así los consumes, sí puedes ahorrar lo más posible en luz, agua y gas. Tampoco es bueno privarte de ellos al extremo, pero ciertamente puedes actuar con mesura, y cuyas cuentas al cabo del mes o del bimestre bajarán notablemente o se mantendrán más o menos fijas, pero no aumentarán.
Utiliza tu tarjeta con sabiduría
Las tarjetas de crédito pueden ser tus mejores amigas si sabes utilizarlas. Tomar todas las promociones de meses sin intereses NO es darle un buen uso. La regla de oro es: “compra aquello que puedas pagar sin problemas, ya sea en meses o antes de la fecha de corte”.
Y ahora que ya te percataste de que comprar hasta un espejo, una toalla, un bote de basura, papel sanitario, un abrelatas o una almohada no es tan barato –y menos gratuito– como toda la vida te había resultado; mídete en tus gastos y apreciarás mucho más el valor de tus ingresos.
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